Anselmo Pecile regresa a la cocina como su lugar de reflexión de lo que fueron los años duros de su vida al frente del aparato de espionaje. Entre máscaras que decoran la pared, como él de alguna manera ha recurrido a ellas, le relata a Carla un sueño de locuras que asocia a la masonería y se revela en un cruce de definiciones con su escriba.
Diálogo entre ambos:
La política es eso, cambia canicas por bulones. ¿Todo era válido en esos tiempos, entonces?
–Fouché decía que todo se le permite a los que actúan en nombre de la revolución.
–Algunos dicen que usted era un Fouché.
Lanzó una sonrisa bonachona.
–¿Yo? Nooo, la guillotina no era lo mío. Y espero que mi vida acabe mejor.
–¿Y usted hizo una revolución?
–Sí, era un nacionalista como todos nosotros en la CSN. La revolución empieza por no desobedecer las leyes de la república.
Comparto una versión en podcast de este párrafo más amplio de"Los secretos se fuman sobre una tumba".
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